

Miles de fieles y líderes mundiales de todos los rincones del planeta se reunieron en el Vaticano para despedir al Papa Francisco en un funeral que quedará en la historia. La Plaza de San Pedro fue escenario de una ceremonia multitudinaria donde el poder terrenal rindió homenaje a una autoridad espiritual que trascendió fronteras, ideologías y credos.
Francisco, el “Papa de los pobres”, logró en su adiós reunir a presidentes, reyes, referentes sociales y miles de personas comunes que vieron en su figura un faro de esperanza en tiempos turbulentos. Desde Donald Trump hasta Volodimir Zelenski, la despedida dejó imágenes impactantes, como el inédito encuentro entre ambos líderes en la Basílica de San Pedro, símbolo de un mundo que todavía busca puentes en medio de las diferencias.
En vida, Francisco predicó la paz, la fraternidad y la solidaridad. En su muerte, su mensaje reunió a un mundo fragmentado en un último gesto de reconocimiento. Ni Trump ni Zelenski son católicos, pero estuvieron allí, confirmando que el Papa argentino supo trascender todas las etiquetas religiosas y políticas.
La ceremonia fue presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, quien recordó que la elección del nombre Francisco marcó el camino de su pontificado: un estilo de vida sencillo, cercano a la gente y profundamente comprometido con los desafíos de nuestro tiempo. "Nada de lo humano le fue ajeno", destacó.
La emoción se replicó en Buenos Aires, donde la Catedral Metropolitana también se colmó en una imagen de unidad que en vida muchas veces le fue esquiva. En primera fila se vieron figuras de distintos espacios políticos como Victoria Villarruel, Jorge Macri y Axel Kicillof, junto a representantes del cuerpo diplomático. El arzobispo Jorge Ignacio García Cuerva llamó a no dejar morir el legado de Francisco: "Su testimonio fue un faro que iluminó la oscuridad y una voz que resonó frente al silencio cómplice".
Francisco, argentino hasta el final, dejó también gestos imborrables: como su donación de una imagen de la Virgen de Luján a sus médicos en Roma y su último paseo por San Pedro envuelto en un poncho criollo.
En su testamento, el Papa dejó un mensaje claro: ofreció el sufrimiento de su última etapa "por la paz en el mundo y la fraternidad entre los pueblos". Un llamado que hoy, más que nunca, interpela a todos.