

Como presidente de la Cámara Latinoamericana del Litio y fundador de Atómico 3, he asumido un compromiso indeclinable con la soberanía económica de la República Argentina. La causa penal N° 3309/2023 por subfacturación en las exportaciones de carbonato de litio, hoy en manos del Juzgado Federal N°4 de Comodoro Py, no es un trámite judicial más: es el principio de un nuevo paradigma. Es la respuesta técnica y patriótica frente al saqueo silencioso de uno de los recursos más estratégicos del siglo XXI.
Entre 2020 y 2023, la Argentina perdió miles de millones de dólares. No por falta de recursos, sino por falta de decisión. Por permitir que intereses monopólicos y una casta política aliada a ese modelo de extractivismo sin trazabilidad operaran sin control, manipulando valores, escondiendo información y subfacturando exportaciones que nunca fueron declaradas al precio real de mercado.
El litio es un commodity. Lo saben los mercados internacionales, lo sabe la industria automotriz, lo saben las bolsas energéticas más importantes del mundo. Lo que falta es que lo reconozcan quienes aún se aferran a una estructura jurídica obsoleta, diseñada para seguir entregando el futuro de nuestras riquezas a precio de remate.
Desde Atómico 3 propusimos un modelo: trazabilidad blockchain, tokenización respaldada, contratos inteligentes, cumplimiento regulatorio. Hoy, más que nunca, ese modelo se vuelve urgente.
Esta causa judicial es mucho más que una denuncia: es un acto de justicia histórica. Es la antesala de una transformación profunda. Y si eso incomoda a la casta, que tiemble. Porque los recursos de la Nación no están en venta. Porque llegó la hora de que el litio argentino, y el pueblo que lo sostiene, ocupen el lugar que merecen en la nueva economía global.