sábado 25 de enero de 2025 - Edición Nº2243

Nación | 24 dic 2024

Ejemplo de vida

De docente a descubrir la actuación y el canto a los 56 años por un accidente, hoy a sus 64, exhibe puro talento

Bettina Brozzo es hija, hermana y nieta de artistas cordobeses. Hace una década, la vecina de Ramos Mejía por culpa de un accidente callejero, se puso a estudiar teatro y canto. Actualmente, trabaja en obras de teatro y viene presentándose en eventos con su unipersonal musical "Se dice de Tita", en donde rinde homenaje a la gran Tita Merello. A principios de 2024, con dicho espectáculo había estado de gira por Madrid, España.


No hay una edad perfecta para iniciarse en la actuación. De esto puede dar fe Bettina Brozzo. Es que la actriz, cantante, bailarina y pianista de 64 años, comenzó a actuar y a cantar hace una década, por un inoportuno accidente callejero.

"En 2013, estaba trabajando en tres escuelas porteñas, como profesora de música. Una nochecita, caminando por Palermo, tropecé y caí en una bicisenda, recién inaugurada. Lamentablemente, al apoyar las manos, me quebré los dos codos", rememora agradeciendo, una vez más que, en ese instante no circulaba ningún vehículo.

Tras someterse a una larga intervención quirúrgica en el codo izquierdo, a Bettina no le quedó otra opción que efectuar reposo, seguir las recomendaciones médicas y esperar el alta.

Mientras aguardaba que llegara ese "santo día" (para retomar la labor docente), la madre de María Soledad y abuela de Luca masticaba bronca y se hacía la típica pregunta: "¿por qué a mí?". Es que, por entonces, no podía soportar tanta quietud. "Soy muy activa", afirma la canceriana que necesitaba expresarse artísticamente.

Apenas comenzaron a desaparecer los dolores y, sobre todo, la bronca acumulada, Bettina se acercó hasta Liniers y consultó sobre los talleres del "Programa Cultural en los Barrios". La cautivaron y se inscribió en dos: coro y teatro.

Llegado el día, la actual vecina de Ramos Mejía concurrió a la primera clase de teatro. La docente del centro municipal solicitó a cada alumno que se presentase ante sus compañeros. "Como buena fan de Niní Marshall y el cine de los '50, me largué con un monólogo de la inolvidable actriz, guionista y comediante, que gustó mucho", cuenta Bettina con orgullo.

Días después, la canceriana se presentó a la clase inicial del taller de coro. "Fue ahí que descubrí mi voz. Porque yo trabajaba con la voz, pero con piloto automático. Lo hacía mecánicamente. El taller me ayudó a escuchar mi voz, mi esencia", recuerda orgullosa tras recibir elogios del docente.

Con los conocimientos adquiridos y, por primera vez, Bettina decidió presentarse en un casting. Con tan buena suerte que, la seleccionaron. "Era para el musical 'Divorciadas'. El director buscaba actrices que canten muy bien y, además, bailen en taco aguja. Entonces, preparé 'Sos buena con mami', de Mami Morton. Apenas comencé, el director me sugirió: ¡Intervení más, Bettina! Sugerencia, a la que no solo accedí, sino que me sirvió para conseguir un papel y darme el espaldarazo necesario para dedicarme a la actuación", asegura 14 años después.

Bettina Brozzo, que es hija de un marino y una profesora de danzas folklóricas y aficionada al canto, nació en la sureña ciudad bonaerense de Puerto Belgrano.

En la niñez, con apenas 5 o 6 años, solía acompañar a su madre, quien iba a impartir clases de danzas folklóricas. "Pero cuando regresábamos a casa, le decía: 'así baila fulanita, así baila zutanito'. Eso provocaba risas a toda la familia. Recuerdo que, de chiquita imitaba a muchos personajes de la tele. Ese don lo fui perdiendo en la adolescencia. ¿Por qué? Porque me puse seria y tímida, vaya a saber por qué", asegura sonriendo.

En 1975, después de cursar la escuela secundaria e incursionar en una universidad marplatense (la carrera de comunicación social), regresó a Bahía Blanca, ciudad en donde residía y en donde cursó el profesorado nacional de música. Aunque luego se recibió en el Conservatorio Nacional López Buchardo, en CABA. Al respecto, no se priva de contar que "trabajé toda la vida y me jubilé de eso".

Por entonces, Bettina cantaba en diversos coros, como el Coro Femenino de San Justo, y enseñaba a cantar a los niños. Para su sorpresa, una docente llegó a decirle que era soprano. Lo cierto es que ella es contralto, un rango vocal raro y difícil de hallar, porque solo lo tiene el 2 por ciento de las mujeres en el mundo. "Mi profesor de canto e integrante del grupo vocal Los Trovadores, Federico Rodríguez Salcedo, me ha dicho que me quede en el registro de contralto", puntualiza.

A lo largo de 2024, Bettina trabajó en dos obras teatrales, que estuvieron representándose en el teatro El Bululú. Los sábados, a las 17 horas, en "La casa de Bernarda Alba" (personificaba a La Abuela). Mientras que, los domingos, a las 16 horas, estaba en "Los árboles mueren de pie" (encarnaba a Genoveva). A su vez, En el segundo semestre, integró el elenco de "Divorciadas, el musical", una obra humorística dirigida por Sergio Lobo.

Al mismo tiempo, Brozzo fue presentándose en teatros de Buenos Aires y Madrid, con "Se dice de Tita", un unipersonal musical, en donde rinde homenaje a Tita Merello, a través de emblemáticos tangos y milongas que supo interpretar "La morocha argentina".

Para saber más sobre la artista bonaerense, se debe ingresar a los IG: @bettinabrozzo.artista

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias