Presentando Bajo Naranja en Buenos Aires, en la previa de la función de prensa, Michael Taylor Jackson, director del film, comparte detalles íntimos sobre la creación de su obra. “Escribí el guion durante la pandemia, en 2020, cuando estaba atrapado acá, en Argentina, durante los primeros meses de mayo y marzo”, cuenta el director, quien había llegado al país para filmar otro proyecto. Sin embargo, las circunstancias lo llevaron a desarrollar una nueva historia, que se convertiría en Bajo Naranja.

Origen de la película

Michael ya había vivido en Argentina entre 2010 y 2013, durante los cuales estudió Artes Plásticas en el IUNA, hoy UNA (Universidad Nacinal de las Artes)  Posteriormente, se formó en Dirección de Cine en Nueva York, bajo la tutela de Julia Solomonoff, con quien desarrolló su primer guion. La pandemia lo obligó a cambiar de planes y escribir Bajo Naranja, un proyecto que combina su amor por Argentina con una mirada crítica sobre el rol de Estados Unidos en la historia Argentina.

“Siempre quise filmar mi primera película en Argentina. En este caso, la historia surgió de mi interés en cómo se entrelazan las historias de Estados Unidos y Argentina, especialmente en temas como la Operación Cóndor. Fui al ESMA y noté que no mencionaban a Estados Unidos, lo cual me llamó la atención”, detalla Jackson. La película se adentra en esa intersección cultural y política, y refleja la experiencia de un "yankee" viviendo en Buenos Aires, explorando tanto las conexiones como las diferencias entre ambas culturas.

La peli en 3 lineas

La trama sigue a un mochilero californiano que viaja a Buenos Aires para rendir homenaje al pirata argentino que conquistó su ciudad natal de Monterey en 1818. Por el camino, se ve envuelto en una relación poliamorosa con una banda de jóvenes actores que conspiran para secuestrar al embajador de Estados Unidos.

El elenco y la filmación en pandemia

Las protagonistas del film, Sofía  Gala  Casiglione y Vera Spinetta, son dos actrices argentinas que Jackson seleccionó tras ver sus actuaciones en películas locales. “A Sofía la descubrí en Alanis de Anaí Berneri, y a Vera en Boli y Soledad. Todo el equipo técnico y el elenco lo armé viendo películas argentinas. Fue un proceso fascinante”, señala el director.

La filmación, realizada en plena pandemia, representó un desafío logístico debido a los protocolos sanitarios. Sin embargo, también facilitó el acceso a actores y técnicos que, debido a la falta de trabajo, pudieron comprometerse con el proyecto de forma más cercana. “Armamos un grupo de WhatsApp y charlábamos todas las semanas, lo que fue increíble”, comenta Jackson.

El rodaje se llevó a cabo exclusivamente en Buenos Aires, en locaciones como Quilmes, Avellaneda, Montserrat, San Telmo y Boedo. “Filmamos en el cementerio de Avellaneda, que me encantó por sus colores y estilo”, recuerda el director con entusiasmo. También destaca el uso de una fábrica donde se filmó  Okupas.

La conexión con Argentina

Jackson describe su relación con Argentina como un equilibrio entre lo familiar y lo extraño. “Hay cosas en común entre Buenos Aires y ciudades como Nueva York o California, especialmente por su pasado inmigrante europeo. Pero también hay grandes diferencias: Argentina es una cultura mucho más humana, más de comunidad”, reflexiona. El director destaca la calidez de los argentinos, sus costumbres y el lenguaje, algo que también influyó en su guion. “El uso del lunfardo es increíble. El boludo puede ser usado de tantas maneras, y eso es algo que me fascina”, admite entre risas.

Estreno

Bajo Naranja se estrenará el próximo 10 de octubre en el cine Gaumont, un hito para Jackson, quien espera que su obra conecte con el público tanto en Argentina como en el exterior. “Estoy muy contento de que finalmente podamos mostrarla al público. Después llegará a plataformas, pero este primer estreno es muy especial para mí”, concluye el director.

Sin dudas, Bajo Naranja promete ser una película que refleja la complejidad de vivir entre dos culturas, con una visión crítica y profundamente personal.