En el marco de la tercera edición del Desfile Inclusivo de CILSA, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Panni Margot, diseñador y activista por la inclusión en el mundo de la moda. Recientemente llegado de presentar su primera colección en Nueva York, Panni compartió con Data BA sus impresiones y experiencias sobre este importante evento que celebra la diversidad.

“Con mucha emoción”, así describe Panni cómo vivió esta edición del desfile. “Acabo de aterrizar de Nueva York, donde presenté mi primer desfile, y aquí también la gente celebró la diversidad y la inclusión”. En sus palabras, la moda no debe ser un espacio exclusivo: “Mucho se cree que la moda es solo para algunos, un nicho para unos pocos, y he sido bastante rebelde con esa idea desde el principio”.

El Desfile Inclusivo de CILSA es un reflejo de su visión, donde personas con diferentes capacidades participan como modelos, desafiando estereotipos. “Ves a gente con trisomía del par 21, en silla de ruedas, gente real”, explica Panni, quien cree firmemente en que la moda debe ser inclusiva: “La idea es compartir y demostrar que el cambio es posible, que la moda puede abrazarnos a todos y que todos podemos ser parte de algo tan bello como esto”.

La moda como herramienta de inclusión

En su carrera, ha trabajado para desmitificar la idea de que la moda es solo para un selecto grupo. Para él, es un reflejo de la vida cotidiana de todos. “Cada uno tiene su propio estilo, y eso es parte de la moda. No es justo que solo algunas personas puedan participar de algo tan bonito como una pasarela”, enfatiza.

Una de las grandes preguntas que surge en este ámbito es si es posible adaptar la moda para personas con discapacidades de manera equitativa. Panni, lejos de dudar, responde con convicción: “Las grandes empresas son las que comprenden el contexto sociocultural en el que uno se encuentra y dan solución a problemas reales. La moda puede y debe adaptarse a todos”.

Su compromiso va más allá del diseño. Panni busca que la moda sea una herramienta de cambio social, tomando como ejemplo a empresas como Airbnb o Uber, que nacieron para solucionar problemas cotidianos. “Me encontraba en un contexto donde no había inclusión, había un feminismo muy agresivo y un LGTB que se contradecía”, señala, y añade que es fundamental entender lo básico: “Todos somos iguales, venimos y vamos al mismo lugar”.

Hechos, no palabras

Para Panni, las acciones valen más que las palabras. “Se puede hacer una diferencia con hechos concretos. Las palabras se las lleva el viento, pero tomar acción realmente puede cambiar la vida de mucha gente”. El mismo ha recibido agradecimientos de personas que, gracias a sus diseños de talles amplios, ahora pueden vestirse como les gusta. “Antes, quienes tenían talles grandes solo encontraban ropa poco atractiva, como un vestido de Homero Simpson floreado”, bromea.

En eventos como el Desfile Inclusivo de CILSA, Panni ve una oportunidad para hacer realidad sus ideas. “Estamos apoyando a personas con diferentes habilidades y eso es súper importante. La clave está en crear un universo donde todos sean bienvenidos sin hacer diferencias”.

El camino al cambio

Panni cree firmemente que el cambio no se logra desde los nichos, sino desde una integración total. “Hay que trabajar la diversidad en cualquier ámbito, no en espacios cerrados donde todos sean usuarios de silla de ruedas o pertenecientes a la comunidad LGTBIQ+”, sostiene.

Aunque reconoce que cambiar la sociedad no es fácil, Panni cree que cada pequeña acción cuenta: “Si logramos ayudar a una o dos personas, ya hicimos una diferencia, y eso significa un montón”. Su misión es dar ese “granito de arena” para hacer la vida un poco mejor para los demás, apoyando a organizaciones como CILSA.

Nueva York y Buenos Aires, sin descanso

A pesar de su agitada agenda, Panni no se detiene. “Esto es 24-7, no hay tiempo para el descanso. Siempre digo, los sueños no se cumplen, se trabajan”. Tras llegar de Nueva York, inmediatamente se sumó al Desfile Inclusivo en Buenos Aires, reafirmando su compromiso con la inclusión.

Al despedirse, deja un consejo valioso para todos aquellos que sueñan con un cambio: “Los sueños no se cumplen, se trabajan. Aquí estamos, trabajando por ellos, trabajando por los demás y por uno mismo”.

Con esta filosofía de vida y de trabajo, Panni Margot se posiciona como una voz poderosa en el mundo de la moda inclusiva, demostrando que el cambio es posible, uno hecho a la vez.