La entrada en vigor del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) impulsado por el Presidente de la Nación ha generado una serie de reacciones y ajustes en diversos sectores, siendo uno de los más notables el mercado inmobiliario. La flexibilidad y atractivo que caracterizaba a los alquileres temporarios han experimentado un cambio significativo, llevando a los propietarios a reconsiderar estrategias y evaluar el retorno al alquiler permanente.

El crecimiento de los alquileres temporarios antes del DNU se sustentaba en múltiples factores, destacando la rentabilidad superior, la flexibilidad en los plazos de alquiler y la posibilidad de percibir ingresos en dólares. Sin embargo, las nuevas regulaciones introducidas por el DNU y la derogación de la ley de alquileres han desencadenado un proceso de revisión y ajuste en el sector.

Uno de los puntos cruciales que ha motivado esta transición es la eliminación del riesgo asociado a los contratos a largo plazo en los alquileres tradicionales. Antes del DNU, los propietarios se veían expuestos a la incertidumbre de contratos prolongados con ajustes que no seguían el ritmo de la inflación, llevando a una devaluación acelerada de los ingresos para los arrendadores, según afirmó Sanfelippo.

La respuesta inicial a esta situación fue una masiva migración hacia el mercado de alquileres temporarios, que prometían rentabilidades atractivas, especialmente en un contexto de incertidumbre económica. Gonzalo Sanfelippo, titular de Sanfelippo Propiedades, estimó un aumento del 65% en los alquileres temporarios durante el último año, cifras contabilizadas hasta antes de Diciembre de 2023.

Con la implementación del DNU 70/2023, muchos propietarios están reconsiderando su posición. La estabilidad y previsibilidad que ofrece el alquiler permanente, especialmente en términos de moneda, plazo de duración y ajustes contractuales, han vuelto a capturar la atención de aquellos que buscan seguridad y control en la gestión de sus propiedades, aseguró el Martillero de la inmobiliaria Sanfelippo Propiedades.

Además de consideraciones financieras, los costos operativos asociados con el mantenimiento de alquileres temporarios han emergido como un factor determinante. Expensas, servicios y otros gastos fijos han impactado directamente en la rentabilidad del negocio. El Corredor Inmobiliario destaca que estos costos pueden representar aproximadamente el 30% del ingreso del propietario.

La incertidumbre en la ocupación de las viviendas temporarias ha sido otro elemento clave. Históricamente, se requería al menos un 70% de ocupación para garantizar la rentabilidad. Sin embargo, la saturación del mercado ha llevado a una disminución en los precios y ha afectado la estabilidad financiera de aquellos propietarios que dependían exclusivamente del alquiler temporario.

Aunque algunos propietarios han optado por alquileres temporarios más prolongados, de hasta un año, la tendencia general indica un retorno gradual al alquiler permanente. Este cambio se percibe especialmente entre aquellos propietarios que valoran la estabilidad financiera a largo plazo y buscan minimizar los riesgos asociados con la variabilidad en la ocupación y los costos operativos, afirmó Gonzalo.

El impacto del DNU en el mercado inmobiliario no se limita a una mera transición de modelos de alquiler, sino que plantea interrogantes fundamentales sobre la dirección futura del sector. La elección entre alquiler temporario y permanente se ha vuelto una decisión estratégica que depende de factores económicos, regulatorios y operativos. La transformación en curso deja entrever un nuevo panorama en el que los propietarios buscan un equilibrio entre rentabilidad y estabilidad en un mercado en constante evolución.