En el marco del Día Mundial de la Alimentación, se desarrolló un seminario de expertos y actores del tercer sector con el objetivo de promover la conciencia global sobre el derecho humano a una alimentación adecuada y evaluar la situación alimentaria de los trabajadores asalariados en Argentina.
En el encuentro, impulsado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA-UCA), se analizó cómo la inseguridad alimentaria atraviesa diferentes grupos sociales incluyendo a los trabajadores asalariados. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), una alimentación adecuada forma parte de las condiciones de trabajo dignas.
En ese contexto, se presentó el documento Seguridad Alimentaria de los trabajadores asalariados en la Argentina. Según el informe, entre 2022 y 2024, la inseguridad alimentaria afectó, en promedio, al 15% de los trabajadores asalariados, incluso aquellos que cuentan con un empleo formal (7%). Los que no aportan a la seguridad social presentan niveles superiores de inseguridad alimentaria notablemente superiores en comparación con aquellos con aportes. La precariedad laboral se asocia con una mayor vulnerabilidad alimentaria.
Situación alimentaria de los trabajadores asalariados, promedio 2022-2024
En estratos socioeconómicos bajos, hogares en situación de pobreza y personas con menor nivel educativo, la inseguridad alimentaria es más alta. Los factores geográficos y el desarrollo territorial también influyen en los niveles de seguridad alimentaria.
Los trabajadores afiliados a sindicatos tienden a tener mayor seguridad alimentaria, fenómeno que se vincula con mejores condiciones laborales y acceso a derechos. Los jóvenes y las mujeres presentan mayor vulnerabilidad, evidenciando que hay diferencias entre sexo y edad.
La carga horaria y el sector de inserción laboral también influye en los niveles de seguridad alimentaria. Trabajadores subempleados y/o en sectores informales o de baja calificación muestran mayores niveles de inseguridad alimentaria.