Mientras el movimiento de las Tiny Houses gana terreno en Argentina como una solución innovadora y un estilo de vida minimalista, un material se destaca como el protagonista de esta revolución: el PVC. Su versatilidad, ligereza y eficiencia lo han convertido en un componente esencial para los fabricantes locales, permitiendo construir viviendas compactas, móviles y de alto rendimiento que ya son una realidad tangible en todo el país.
Las Tiny Houses se caracterizan por tener una superficie reducida; generalmente tiene entre 10 y 50 metros cuadrados y para su armado se priorizan materiales que no añadan peso innecesario. Al ser más pequeñas, requieren menos materiales para su construcción y consumen mucha menos energía para calefaccionar o refrigerar. Se pone un gran énfasis en el aislamiento de paredes, techo y suelo, así como en el uso de ventanas de alta prestación para minimizar las pérdidas de energía.
Hoy, una Tiny House de 30 m² puede construirse en un plazo récord de 45 a 60 días, con costos que, si bien varían, se sitúan en un promedio de entre USD800 y USD1.200 por metro cuadrado. Esto posiciona a una vivienda "llave en mano" completamente equipada en un rango de USD25.000 a USD35.000.
"Construir una Tiny House es un ejercicio de optimización máxima. Cada kilogramo cuenta", explica Miguel García, director de la Asociación Argentina del PVC (AAPVC). "El PVC permite resolver varios desafíos a la vez: reducir el peso total, garantizar un aislamiento superior y construir una casa que prácticamente no requiere mantenimiento".
Los aportes del PVC a las Tiny Houses:
1. Reducción de peso: En una estructura móvil, el peso es crucial. El uso de revestimientos exteriores e interiores, pisos y aberturas de PVC reduce drásticamente la carga sobre el chasis, facilitando su transporte.
2. Eficiencia energética superior: Las ventanas de PVC con doble vidriado hermético (DVH) son el estándar en el sector, permitiendo un ahorro energético de hasta un 50%, un pilar de la filosofía Tiny. En el exigente clima de las provincias del sur argentino, donde la pérdida de calor es un factor crítico, las ventanas de PVC son clave para lograr el confort térmico interior.
3. Durabilidad y cero mantenimiento: A diferencia de otros materiales, el PVC es inmune a la humedad y las plagas. Un revestimiento exterior de siding de PVC resiste la intemperie por décadas, mientras que los pisos soportan el alto tránsito. Para los modelos rodantes de Tiny Houses, que deben soportar tanto el viaje como la intemperie, el PVC en los revestimientos exteriores garantiza una fachada duradera, resistente a los rayos UV y a la humedad, y que además es liviana y no requiere pintura, un beneficio crucial para la movilidad y la practicidad a largo plazo. El mantenimiento de un siding de PVC es agua y jabón, tan sencillo como eso.
4. Seguridad y versatilidad: El PVC es autoextinguible (no propaga llamas) y no conduce la electricidad. Su uso en cableado y accesorios en las instalaciones eléctricas garantizan seguridad.
5. Versatilidad y diseño: Sus acabados, como la imitación madera, permiten diseños modernos sin sacrificar rendimiento. Revestimientos de interior para paredes y techos en diversos colores y texturas ofrecen un abanico de posibilidades, contribuyendo también a la aislación térmica y acústica.
Todas estas propiedades lo convierten en el estándar indiscutido para las "venas" de la tiny house.
La tendencia se consolida en Argentina
Lejos de ser un nicho experimental, el mercado argentino muestra ejemplos consolidados que validan el modelo y ofrecen diferentes alternativas.
A nivel nacional las líneas de viviendas modulares Ceibo, Urbana, Evolutiva y Mediterránea desarrolladas por IDERO representan propuestas de casas que parten desde los 30 m² hasta los 78 m², con opciones de uno a tres dormitorios y hasta dos baños completos. Son viviendas con estructura de acero de alta resistencia, con revestimiento de PVC foliado en el frente y parte del contrafrente, de muy buena calidad que requieren el mínimo mantenimiento posible, con un diseño que ofrece una distribución de espacios cómodos e integrados, muros y cubierta con muy buena aislación térmica y acústica, y carpinterías de PVC con doble vidriado hermético (DVH).
Otro modelo que está revolucionando el sector es el de SUMbox Hotelero. Se trata de un monoambiente plug-in, de una superficie de 18m², ideal para una experiencia pensada para el nuevo turismo que cuida de la naturaleza. Comparada con el tiempo de desarrollo y construcción que supone un hotel convencional, no menos de dos años, esta propuesta se entrega en un plazo de entre 60 y 90 días. Con un diseño apaisado y enfoque sustentable, los Lodge de IDERO también brindan una solución hotelera con módulos premium, que se destaca por sus amplias carpinterías, lo que posibilita a los huéspedes disfrutar de la naturaleza en su máxima expresión.
"Esta tendencia demuestra que el futuro de la vivienda accesible y sustentable pasa por la industrialización y la elección de materiales inteligentes. En esta nueva era de la construcción, el PVC no es solo una opción, sino el cimiento sobre el que se construyen los sueños de una vida más simple, eficiente y móvil en Argentina", concluye García.