

Por: Guillermo Veron - Apreciando el Cine
Prometieron que serían distintos, que no habría secuela, que su mundo no se comparaba a otros. Muchas veces se intenta pensar que los directores o los actores no son los responsables de faltarles el respeto a la obra inicial. Sin embargo también se suele decir que: "Por la plata baila el mono". Y es así que cuando finalmente salió el cineasta confirmando una parte más del mítico personaje de DC, las alarmas empezaron a sonar. Una parte del público puso el grito en el cielo al enterarse que sería un musical; a mí me gusta ese género. Salieron los trailers y la discordia continuaba. Algunas escenas se veían brillantes pero la esperanza se apagaba. ¿Acaso estaría equivocado?
Arthur si bien llega a convertirse en una celebridad termina preso por los eventos de su pasado. El mundo ha cambiado para él cuando de repente conoce a una mujer; la única que parece mantener su risa convertida en alegría.
Se nota que quisieron hacer algo "revolucionario". Hay escenas que parecen una crítica a los actos de las productoras y como éstas se toman con poca seriedad sus productos a esto se le suman momentos que pueden resultar interesantes o icónicos dentro de una idea que en su totalidad termina resultando pesada pese al gran trabajo de sus protagonistas e incluso a algún secundario que cobrará fuerza y relevancia los últimos minutos.
A pesar de esto la voluntad que ponen los involucrados no es suficiente para que el film sea disfrutable; fácil le sobran 40 minutos.
Lady Gaga pone todo de su parte siendo en las partes musicales donde realmente brilla acompañadas por las composiciones musicales o las notas típicas de Hildur Guðnadóttir que continúa en ese aura sucia y oscura.
El trabajo de dirección de arte y fotografía siguen sumergiendonos en esa ciudad descuidada y llena de mugre.
Yo soy de esos que ama la cinta que comenzó este viaje del guionista de "Viaje censurado" (Road trip) allá por el 2000. Si en la primera parte la corrupción era tal que las ratas salían a flote; imagina ahora que es la responsable de borrar la sonrisa de tu cara.