viernes 28 de junio de 2024 - Edición Nº2032

Municipios | 28 nov 2023

Entrevista

"No hago teatro para que me quieran"

La dramaturga y actriz Liliana Cappagli prepara una obra sobre la vida de Azucena Villaflor, creadora de Madres de Plaza, que se estrenará este jueves en la sede Piñeyro de la UNDAV. En esta entrevista habla de la obra, repasa también su extensa trayectoria y recuerda las dificultades de hacer teatro durante la última dictadura


Por: José Luis Nociti - Estudiante de Periodismo de UNDAV.

 

¿En qué proyecto estás trabajando?

Fui convocada por la Universidad Nacional de Avellaneda para dar clases de teatro, en los nuevos talleres que se abrían, en consonancia, con un proyecto de PAMI. En realidad, trabajo con gente de la tercera edad, es un grupo etario que comienza a partir de los 60 años, cuando la gente se jubila y tiene muchas inquietudes, que no ha podido canalizar a lo largo de su vida o simplemente quiere conocer cosas nuevas, vivir nuevas experiencias, probar su propia capacidad lúdica, creativa.

¿Estás preparando alguna obra para el cierre del año?

Hemos tenido la suerte o la virtud de armar una obra, la cual es un proyecto muy ambicioso para un grupo que, si bien ha durado en el tiempo, lo normal es que tenga un cuatrimestre de clases. Entonces, como somos todos muy ambiciosos, docentes y alumnos hemos armado una obra de teatro que se llama “Madre argentina’’ y que vamos a estrenar para el cierre del ciclo de Upami de este año, el 30 de noviembre en la sede Piñeyro de la UNDAV. Es una obra que, en cine, la llamaríamos un docudrama y en teatro sería un biodrama, que es una suerte de teatro documental.

¿Cómo llegaste a esta propuesta?

Me he documentado mucho para escribir esta obra sobre la vida de Azucena Villaflor, la emblemática madre de Plaza de Mayo, la creadora de la Línea Fundadora y todas las vicisitudes por las que atravesó en la búsqueda de su hijo desaparecido y en esa búsqueda dejó su vida y la de su marido, por ejemplo. Los veo muy comprometidos a los alumnos actores que van a subir próximamente al escenario, muy involucrados con su trabajo, con el estudio del texto, con el análisis del texto, porque casi todos han sido coetáneos, lamentablemente, con la dictadura militar, entonces es mucho lo que tienen para aportar y aportarme también y creo que es un trabajo muy rico desde todos los aspectos.

¿En tu caso, podías trabajar durante la dictadura?

Al principio de la década del ’80 permanecía gobernando la dictadura, era muy difícil expresarse libremente. Los autores teníamos que recurrir a textos que tuvieran analogía con el poder cívico-militar. No se podía hablar explícitamente de ningún militar porque te perseguían, te desaparecían y asesinaban, también incendiaban salas de teatro como la del Picadero y la del Nacional. Entonces, había que decir de determinada manera indirecta para que no se dieran cuenta que estábamos criticando al poder.

¿Qué representa el teatro en tu vida?

Yo creo que el teatro es un fenómeno artístico y social; no concibo el teatro de otra manera que no sea tratando de que con lo que yo expreso, la gente reflexione. No pido ni pretendo modificar el mundo con una obra de teatro, pero sí pretendo que haya un pequeño cambio, un pequeño pensamiento, una bajada de línea, una reflexión, una discusión una vez que la obra es puesta en el escenario. No hago teatro para que me quieran.

¿Qué te motivó a abrazar esta profesión?

Cuando se despertó mi interés por la actuación, lo primero que quise hacer, fue ponerme a estudiar teatro y abandonar la secundaria. Entonces mi madre, sabia, me amenazó con ir a la fábrica. Para mí la fábrica era algo así como un arsenal de armamentos, donde tenía que, como Charles Chaplin en la famosa peli, estar obligada a adaptar y armar cajitas y ponerlas en su lugar. Terminé la secundaria y el primer taller que hice fue en la Escuela de Teatro Municipal de Avellaneda de la cual egresé, también estudié dirección y dramaturgia en la escuela de Raúl Serrano.

Los interesados en asistir podrán acercarse el jueves 30 de noviembre a las 18 al auditorio de la Universidad Nacional de Avellaneda ubicado en la calle Mario Bravo 1460, Piñeyro, Avellaneda.

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